27 marzo 2019

La Alternativa VERDE en Asturias tiene nombre y rostros

Desde la década de los 80 se inició un movimiento VERDE en España que, en Asturias, se cristalizó con el nombre de Los Verdes de Asturias. 

En 2011 la Confederación de los Verdes, en las que estaban integrados muchos de los partidos VERDES de España, y personas que venían de otros partidos políticos, de sindicatos, del mundo estudiantil, de la acción social y del feminismo nos integramos en un nuevo partido que se llamó EQUO. (Pincha aquí y accede a la carta constituyente).

Y ahí es donde empezó mi andadura en un partido político. Yo provenía de lo social y del feminismo, y éste era el único proyecto con el que me identifiqué plenamente. Sus valores y principios de horizontalidad, equidad, justicia social, ecofeminismo, trabajo en equipo, etc., me atrajeron y desde entonces sigo aquí. Entendí que solo el activismo no cambia la vida de las personas. El activismo es fundamental para la vida de las personas, pero quienes toman las decisiones en las instituciones son quienes deciden el rumbo de la Historia y de cada historia personal y colectiva. Por eso elegí, después de tantos años de compromiso sociopolítico en el movimiento social y feminista (primero en Galicia y después en Asturias), pasar a dedicar mi compromiso en un partido político en Asturias.

Con EQUO, en Asturias, he crecido como persona y como miembro de un equipo de trabajo, desde sus inicios; y, actualmente, tenemos una presencia activa en la política asturiana, autonómica y municipal, donde esperamos tener representación institucional en las próximas elecciones.


En la web encontrarás información general de AVA-Q (Alternativa VERDE por Asturias - EQUO) y además sobre las Asambleas Locales y Redes Transversales:




Petra Kelly: "Ser tierno/a y al mismo tiempo subversivo/a, eso es lo que significa para mí, a nivel político, ser VERDE y actuar como tal".


Si quieres colaborar COMPARTE esta información para que otras personas la conozcan.

GRACIAS y que tengas un buen día.







20 marzo 2019

La nueva política debe ser ecofeminista: Petra Kelly

Petra Kelly es una figura clave para entender el movimiento verde alemán, español y europeo. Unió de forma novedosa el feminismo, el pacifismo y el ecologismo. En 1983 participó en la elaboración del Manifiesto de Tenerife (29 de mayo), hito fundamental que propició la creación de una formación política VERDE en España. Actualmente, P. Kelly es referente de la nueva política para muchas personas, también para mí.

Entre los aspectos que Kelly indicaba para poder llevar a cabo una política ecofeminista se encontraban: la ternura, la empatía, la no violencia y el cuidado mutuo "con los animales y las plantas, con la naturaleza, con las ideas, con el arte, con la lengua, con la Tierra … y, por supuesto, la relación con los humanos".

Era contraria a la "política agresiva y fálica dominante" proclamando que "las formas son el fondo", por lo que "tenemos que ser el cambio que queremos ver en este mundo. Si queremos construir un país democrático, lo primero que tenemos que hacer es aplicarnos el cuento … ser coherentes en el día a día, buscando formas de vida personal y colectiva que protejan y conserven nuestro entorno y nuestro futuro" (Sara Parkin, Vida y muerte de Petra Kelly, 2016, p.13).

Esa coherencia iba desde lo más íntimo hasta lo más público como una "búsqueda personal y colectiva por la paz interior, donde, para ser felices no necesitamos dominar, competir, humillar o poseer, sino empatizar, cooperar, abrazar, compartir,... contra el estilo de vida de usar y tirar se ofrece solidaridad y amistad". (S. Parkin, 2016, p.14).

Por tanto, Kelly propone el "manejo pacífico y cooperativo" de los acontecimientos y de las acciones y/o reacciones como consecuencia de una opción personal y política y fruto de su experiencia vital.

Su personalidad fuerte e inquieta, a la vez, que timidez fueron construyendo su forma de ser y situarse. Unida a sus raíces - a su familia y a Baviera-Alemania - y adaptándose con 11 años a una nueva cultura estadounidense - le hace poner en valor el sacrificio para completar las tareas, muchas horas de trabajo duro y su talento personal.


La reconstrucción de su país de origen, sin duda, la hizo creer en la posibilidad de un nuevo orden internacional que tendría que empezar desde lo más pequeño y cotidiano hasta lo más global. La fórmula sería pasar "del poder vertical y jerárquico al poder horizontal y compartido".

Kelly clama que las mujeres deben visibilizarse en política y que "mientras el sistema actual provoca violencia estructural (para acaparar tierras, apropiarse de las materias primas, competir en los mercados, etc.), la ecología apuesta por el manejo pacífico y cooperativo de los recursos naturales y del reparto de todas las riquezas económicas, sociales y ecológicas … para que el sistema sea justo y pacífico hay que terminar con el sistema patriarcal. El patriarcado es opresor para las mujeres y restrictivo para los hombres, transmite valores de dominación y violencia, está profundamente vinculado a la mentalidad militar, provoca injusticias sociales y fomenta la explotación agresiva de la naturaleza... el patriarcado ha generalizado una percepción arrogante del mundo en la que la Naturaleza (simple materia primar) y a Mujer (débil) existen para ser dominadas y explotadas por los hombres". (S. Parkin, 2016, p.14). La filósofa y ecofeminista, Alicia Puleo, supone un proceso de dominación donde la Mujer ha sido naturalizada y la Naturaleza ha sido feminizada.

Para encaminarnos a un nuevo paradigma VERDE que nos lleve a la transformación socioecológica de nuestros afectos, nuestras vidas diarias, de la economía y de la sociedad, Petra Kelly nos invita a seguir su propuesta: "Ser tierno/a y al mismo tiempo subversivo/a, eso es lo que significa para mí, a nivel político, ser VERDE y actuar como tal".

Petra Kelly fue activista y política, comprendía y vivía que el cambio se producía con su propia vida, también con los actos pequeños. Y también que la política a través de un partido, VERDE, era el camino a reformar para conseguir un futuro ecofeminista, igualitario y pacífico. Pero la ternura nunca le quitó la fortaleza de la lucha pacífica, no violenta. Ser tierna y subversiva, a la vez, significa un disciplina personal y de respeto hacia la alteridad. 

Para mí, el camino de transición a la nueva política española pasa por la propuesta, hecha vida, de Petra Kelly.

19 marzo 2019

El proceso del cambio: de la vieja política a la nueva política

Para que se produzcan cambios reales tienen que darse, con anterioridad, nuevos movimientos que vayan marcando una tendencia y nos vayan acercando a lo que se desea conseguir.

Pero para empezar a entendernos tenemos que utilizar un lenguaje con un significado compartido, es decir, qué queremos decir cuando hablamos de vieja política y nueva política.

  • Un primer paso es diferenciar entre lo que es política y lo que es partido.

La palabra política deriva del término griego polis que significa ciudad. Por tanto, la política es todo aquello que está relacionado con la ciudad. Por eso, todas las personas que vivimos en una polis o ciudad somos políticas. Y todo lo que hacemos tiene una trascendencia política.
En ocasiones hacemos referencia a la política, pero realmente nos referimos a los partidos políticos. 

Quienes formamos parte de la ciudad somos y hacemos política, porque vivimos y participamos de los bienes-recursos-servicios-espacios de la ciudad. 

Los partidos políticos son instrumentos representativos de la ciudadanía para dar respuesta a sus necesidades concretas. Cada partido tiene una forma de entender la realidad y actuar sobre ella. Así, cada partido propone medidas concretas a través de su programa electoral que presentará en cada votación electoral (municipal, autonómica, general y europea). Por eso, antes de votar a un partido deberíamos de leer su programa electoral en donde se reflejará cuales son las medidas que pondrán en práctica si llegan al gobierno.


Concluyendo, todas las personas somos políticas, pero sólo algunas participan en partidos.


  • Un segundo paso es qué entendemos por vieja política y nueva política.

En mi opinión, cuando hablamos de vieja y nueva política es una forma de establecer diferencias entre lo que es y lo que queremos que sea la política. Esta clasificación distingue entre lo "peor" de la vieja política con la "esperanza" de la nueva política. 

Así cuando hablamos de vieja política hablamos de corrupción, verticalidad en la toma de decisiones, elitismo y oligarquía, opacidad de los procesos-decisiones-ejecuciones, liderazgos autocráticos y personalistas, comunicación e información restringida y limitada, impunidad, control jerárquico, incoherencia, engaños y mentiras evidentes y públicas, mala gestión y malas artes en las negociaciones, puertas giratorias, machismo y estructuras del sistema patriarcal, etc.

Cuando hablamos de "nueva política" hablamos de todo lo contrario a lo indicado en el párrafo anterior: honradez, horizontalidad, democracia, transparencia, liderazgos compartidos y construcción colectiva, acceso libre a la información, libertad de pensamiento-expresión-acción, responsabilidad de los actos, coherencia, honestidad, eficacia y eficiencia, visibilidad y acatamiento de las normas establecidas entre todxs, feminismo y equidad, etc.   

Concluyendo, la "nueva política" incide en un acción política ética personal e institucional y una gestión eficaz controlada y con responsabilidades.

  • Un tercer paso es ser conscientes en qué momento estamos ahora.

No podemos pasar de una situación a otra, de la vieja a la nueva política, sin ubicarnos en un espacio intermedio, de paso o transición. Ahí es donde estamos ahora. Las experiencias que estamos viendo de "nueva política" son parte de un proyecto piloto encaminado hacia lo que queremos que sea frente a lo que ya no nos vale. Y también hay que tener en cuenta que estamos en un momento de cambio generacional, de ciudadanía del siglo XXI, donde ya muchas personas han nacido en democracia y con valores democráticos en la familia, la escuela, la ciudad, etc.  

Concluyendo, estamos de paso aprendiendo a trabajar y vivir con la diversidad.

En la próxima entrada, reflexionaremos sobre qué tenemos que hacer para que este proceso de transición se encamine por la dirección adecuada para conseguir esa "nueva política" de la que hablamos.

Vivir de otra manera: la Ecología como camino

El término ‘ecología’ fue incorporado, en el siglo XIX, por Henry David Thoreau. Algunas personas lo consideraron como el “profeta de la ecología y la ética ambiental”, además de inventor de la desobediencia civil. 
La Real Academia Española, actualmente, define la ecología como la ciencia que estudia los seres vivos que habitan un medio, y las relaciones que mantienen entre sí y con el propio medio. Esta definición nos lleva a profundizar en varias cuestiones: ¿a quiénes consideramos seres vivos y habitantes de un medio?, ¿qué tipo de relaciones existen y cómo se mantienen? y ¿qué entendemos por medio?
Partimos de que seres vivos son aquellos seres que tienen vida. Así, según la RAE en dos de sus acepciones, el término ‘vida’ se identifica con un “estado o condición a que está sujeta la manera de vivir de una persona”, y también con la “actividad que desarrolla una persona o una comunidad”. Por tanto, los seres vivos son aquellos que tienen una determinada manera de vivir y actuar, tanto de forma individual como colectiva o comunitaria. Hay que aclarar que estas acepciones solo hacen referencia a la especie humana, pero lo generalizaremos para todos los seres vivos.
Cuando nos preguntamos a quiénes consideramos seres habitantes de un medio, no cabe duda de que se hace referencia a aquellos seres vivos que residen o habitan en un lugar determinado, hayan nacido o no en dicho medio.
Con respecto a los tipos de relaciones existentes y de cómo se mantienen esas relaciones, se abren cuestiones diversas que podríamos ubicar en la realidad social de forma paralela a un ecosistema concreto en un medio determinado y, del cual, podríamos aprender que la naturaleza, por sí misma, tiene una fuerza regeneradora y constructora que armoniza y estabiliza, y que los seres vivos y el entorno se adaptan para su supervivencia en un medio o entorno concreto y de proximidad. Así, el ecosistema es un lugar que ofrece unas características apropiadas para que pueda vivir un organismo, especie o comunidad animal y/o vegetal. El darwinismo social, que es una teoría social basada en la teoría de la evolución de Charles Darwin sobre la selección natural, introdujo elementos biologicistas para la explicación de las comunidades humanas en los que primaba la competición y la supervivencia de la persona más fuerte.
Cuando hablamos, por tanto, de ‘ecología’, estamos introduciendo en el debate no solo cuestiones relacionadas con la tierra (cambio climático, calentamiento global, etc.), sino también otros elementos íntimamente relacionados, como las migraciones, la soberanía alimentaria, el reparto de la riqueza, la feminización de la pobreza, la propiedad de la tierra, las relaciones equitativas e igualitarias o discriminatorias, los derechos de los animales como seres sintientes, la destrucción del medioambiente, el pacifismo y la resistencia activa no violenta, la diversidad sexual y de género, el derecho a la autodeterminación de las personas, pueblos y culturas, la interdependencia, la participación real y directa de la ciudadanía, la horizontalidad en la toma de decisiones y la transparencia de las mismas, el compromiso en los cuidados, los espacios que construimos en las ciudades y que, depende de cómo los construyamos, generarán una forma u otra de convivencia e interrelación, el futuro del mundo rural y de las personas mayores y con diversidad funcional, los nuevos modelos de familias y otras formas nuevas también de convivencia, la acogida de lo diverso y diferente, la consciencia de los prejuicios y estereotipos; tantos y tantos elementos asociados y vinculados que hacen que, cuando hagamos referencia a la ‘ecología’, sea imposible pensar única y exclusivamente en la tierra o en el medioambiente, sino que tendremos que relacionar también a todos los seres vivos que compartimos un territorio, a todos los seres con vida y, especialmente, aquellos que tienen más dificultades para su supervivencia.
La espiritualidad nos indica el camino hacia la felicidad. Ésta es imposible de alcanzar si no se vive con consciencia la realidad, la propia y la ajena, desde la más próxima a la más lejana. Un camino personal que se comparte con otras personas y con la comunidad, como proyectos de vida compartidos. Para todo este proceso vital de búsqueda, es necesario el estudio para conocer y así poder comprometerse – personal y comunitariamente – con la palabra y con la vida.
La coherencia de la acción con el mensaje transmitido nos sitúa en un compromiso que puede ser transmitido y ofrecido como alternativa de proyecto vital real para alcanzar la felicidad que empieza ya desde el inicio del camino y que continúa durante todo su trayecto.

Utopía: Vivir de otra manera Nº 105: La ecología como camino de búsqueda, encuentro y relación espiritual (12 Marzo 2018)
https://www.revistautopia.org/vivir-de-otra-manera-la-ecologia-como-camino-de-busqueda-encuentro-y-relacion-espiritual/

18 marzo 2019

El despertar de la conciencia


Desde 2014 he ido observando el incremento de sensibilidad de la juventud en cuestiones como feminismo, ecologismo, derechos de los animales, diversidad sexual y de género LGTBI+, etc. Sin duda, el 8M y el 15M nos han evidenciado que las y los jóvenes no están impasibles ante los últimos acontecimientos protagonizados por la derecha, que está tendiendo a radicalizar su discurso y a unificarse con la ultraderecha en busca de su voto, sino que comprenden que la acción, la palabra y la presencia es urgente y necesaria para parar y contener una regresión sociopolítica que Naomi Klein (autora de La doctrina del shock y Decir NO no basta) ya nos indicaba:

"No entramos en estado de shock solo porque ocurra algo gordo y malo; además de gordo y malo, tiene que ser algo que todavía no entendamos. Un estado de shock es lo que se produce cuando se abre una brecha entre los acontecimientos y nuestra capacidad inicial para explicarlos. Cuando nos vemos en esta situación, sin un discurso, sin nada a lo que agarrarnos, mucha gente se vuelve vulnerable a que figuras de autoridad nos digan que hemos de tener miedo unos de otros y renunciar a nuestros derechos de pro de un bien mayor" (Naomi Klein, 2017, p.19).

Naomi Klein nos anima a ser conscientes y a entender cómo funcionan las políticas de shock y a qué intereses sirven. Sólo conociendo la realidad podremos salir de este estado de shock. Y además, Klein afirma que "decir no a malas ideas y a malos actores sencillamente no basta .... ha de venir acompañado de un sí audaz que mire al futuro: un plan de futuro que sea lo bastante creíble y atractivo para llevar a una multitud de gente a luchar por hacerlo realidad, por más que por el camino se les interpongan shocks y tácticas amedrentadoras." (Naomi Klein, 2017, p.22).

Conocer la realidad y actuar sobre ella es fundamental. Cuando la realidad está fundamentada en el relato del shock debemos no sólo conocer su funcionamiento, sino actuar desmontando ese falso relato y "contar una historia distinta de la que nos venden los doctores del shock, una visión del mundo lo bastante convincente como para competir con la suya de igual a igual... que debe ofrecer a quienes están sufriendo una vida tangiblemente mejor".

Ética y Espiritualidad


La lucha entre el amor y el poder forma parte de nuestra historia y de cada historia, y ha sido interpretada mayoritariamente desde una perspectiva patriarcal. Esta perspectiva ha estado promoviendo una visión histórica y estructural de desigual distribución de poder entre hombres y mujeres en la que predomina el género masculino en muchos campos de la vida pública y privada.

En este contexto hay que tener en cuenta importantes cambios. En las grandes religiones han surgido movimientos de teologías feministas con el objetivo de reinterpretar el papel de la mujer en la historia, dentro y fuera de cada religión y en sus propios textos sagrados.

Por otro lado, las sociedades se han convertido en espacios multiculturales y religiosos, en los que algunos han dejado de ser mayoritarios y donde los minoritarios están apostando por el valor de lo diferente y abren sus ojos a lo enriquecedor de la diversidad.

Los desarrollos legislativos, como normas del poder público y democrático, ponen límites y deberes y a la vez generan derechos para todas las personas y colectivos que, a veces, chocan con los intereses particulares y crean conflictos. Estamos en un mundo donde prima la economía y la acumulación de capital frente a una cosmovisión basada en la ecosostenibilidad que tiene especial cuidado por el medio ambiente y el respeto absoluto por todo el ecosistema que nos posibilitará vivir en un espacio sano y respetuoso con la diversidad del medio ambiente, de las especies y de los seres vivos. Ha ido incorporándose en los últimos tiempos, frente a la teoría del desarrollo, la teoría del buen vivir o el sumakkawsay, que propone la incorporación de la naturaleza al interior de la historia, no como un factor o fuerza productiva sino como una parte inherente al ser social. Frente al mercado libre y competitivo de personas y mercancías, se encuentran los seres humanos y su dignidad.

La gran crisis de valores humanos y de principios socioeconómicos que estamos viviendo hace que nos balanceemos entre grupos con distintas posiciones que se ubican entre dos polos como los que ahora se expresan:

-    Aquellos grupos que priman la seguridad frente a la libertad, pretendiendo limitar los derechos humanos y el acceso a los recursos, bienes y servicios estableciendo prejuicios, estereotipos y barreras; pero otros grupos buscan crecer con lo diferente y acoger a la diversidad compartiendo incluso hasta lo necesario.

-    Algunos grupos buscan crear odio, otros se esfuerzan por vivir con empatía. Especialmente hay que mencionar los asesinatos y discriminaciones que las mujeres (bisexuales o transexuales) hemos sufrido y seguimos sufriendo por el hecho de ser mujeres, así como las demás personas LGTBIQ (lesbianas, gays, transexuales o transgénero, bisexuales, intersexuales o queer) o los colectivos de personas negras e inmigrantes. El renacimiento del poder blanco KuKluxKlan, de grupos neonazis y organizaciones de trata tiene enfrente a grupos que defienden los derechos humanos, los medioambientales y los de las mujeres.

-    Hay grupos que desean el interés y la riqueza de unas pocas personas, y otros que apuestan por la supervivencia de personas, grupos, familias e incluso continentes. Desde la ecología se ve cómo se ha priorizado la economía frente a la seguridad y a la salud en asuntos como el petróleo, el coltán, la utilización de energías fósiles (carbón, petróleo, gas natural), la generación e energía nuclear, la extracción de gas y petróleo del subsuelo (Fracking). También se observa una acumulación de capital que no es solidaria con su conciudadanía. El no pago de impuestos imposibilita una buena redistribución de bienes y servicios, sobre todo entre las personas y familias más desfavorecidas. Nos encontramos en el boom de la privatización, del darwinismo social en el que podrá sobrevivir solo la persona fuerte socioeconómicamente. Frente a estos, existen grupos como el 15M, la Plataforma Antidesahucios, los feminismos y el desarrollo de movimientos de hombres por la igualdad, etc.

-    Grupos que viven en el consumo excesivo y enfermizo, mientras otros se enraízan en las nociones del decrecimiento, que instan a disminuir la producción económica manteniendo el equilibrio entre las personas y con la naturaleza. El aumento de preocupación por la biología de los ecosistemas, las relaciones de los seres vivos y sus entornos, el medio ambiente y los derechos de los animales que dejen atrás el antropocentrismo moral que valora al ser humano más que a las otras especies animales.

-    Los hay que priman la presión policial, mientras otros optan por el incremento del presupuesto educativo. Se han incrementado, por parte de algunos, medidas de control y represión en contra de los derechos humanos y civiles, que han propiciado la pérdida de derechos y por tanto de dignidad personal y social; pero existen otros grupos, como la Marea Verde, que ha supuesto una revalorización del sistema educativo y también una apuesta por la educación pública como lugar de encuentro de quienes formamos la sociedad y entendemos que el camino de la paz es la justicia, empezando con una educación inclusiva y respetuosa con la diversidad de las personas y de las familias.

-    Algunos se esfuerzan por conseguir intereses particulares; otros, por proteger los derechos sociosanitarios y una renta mínima ciudadana. Por un lado, se observa la privatización de los centros sanitarios, la reducción del gasto farmacéutico y de los servicios sanitarios (transporte, camas, etc.); por otro, se trabaja por la distribución de los bienes, servicios y recursos que posibiliten el acceso universal.

-    Hay quienes niegan derechos jurídicos y socioeconómicos a las personas con necesidades especiales o que son dependientes; pero también quienes se vuelcan en dignificar su vida desde la ayuda mutua, la buena vecindad o la solidaridad y el voluntariado.

-    Unos no tienen ética y se mueven en la corrupción y en el todo vale; otros pierden oportunidades y beneficios porque su conciencia no se lo permite, y optan por dormir con tranquilidad porque no han perdido la dignidad.

-    Están los que tienden a homogeneizar y a dar poder a determinadas personas y situaciones; pero también lo que valoran y protegen la diversidad y no refuerzan el odio a lo diferente, sino que se dan cuenta de su valor y enriquecimiento, tanto a nivel personal como social. Especialmente quiero mencionar dos cuestiones relacionadas que se han ido reproduciendo a lo largo de la historia: una es la que está en relación con todo lo que conlleva la sexualidad de la mujer, que siempre ha estado negada e invisibilizada; la otra es la historia del colectivo LGTB. Con la implantación del cristianismo se llevó a cabo luna persecución a las personas homosexuales, que solían acabar en la hoguera. Con la Edad Media y la Inquisición, a las acusaciones de sodomía se unía, sin diferenciar, las de herejía. Uno de los grupos más atacados fueron los templarios, acusados de entregarse a prácticas homosexuales, pero que en el fondo eran perseguidos por razones políticas. Lo mismo ocurrió con la persecución a las brujas, mujeres librepensadoras que además realizaban prácticas sanadoras con plantas medicinales. Su libertad de acción impedía su control; por ello, fueron también un colectivo herético que fue condenado a la hoguera.

-    Podríamos continuar con muchos grupos. Entre ellos, aquellos que consumen productos indiscriminadamente sin ver ni analizar su origen (explotación, esclavitud, riesgos de la salud), frente a otros que proponen el consumo de un comercio justo y ecológico. Los que negocian con las armas (empresas armamentística y mercado “negro”), que siguen un itinerario de violencia, empezando por el maltrato animal y continuando por el del resto de especies; y, por otra parte, los que trabajan por una cultura de la paz y la no violencia. Y muchos más.

Finalmente, quiero centrarme en la reivindicación más visibilizada en los últimos años, que es la reconstrucción del poder desde una construcción igualitaria, dejando atrás las estructuras jerárquicas. La teología feminista y el movimiento ecofeminista también promueven un cambio hacia estructuras más humanas y más amorosas con las personas y con la naturaleza, empezando por el cambio de las estructuras verticales de poder propiciadas por el androcentrismo o sistema patriarcal que se han ido reproduciendo a través de la historia. Todo ello nos lleva a situarnos en una crisis que no puede dejar de movernos, interior y exteriormente, ni dejar impasibles, sino todo lo contrario: hacernos reconsiderar nuestras posiciones desde la perspectiva del amor y no del poder. Nuestra conducta personal y colectiva no puede quedar callada ni oculta ante la falta de amor y ante el incremento de luchas por el poder personal y colectivo que nos llevan al desánimo y, a veces, a la muerte.

Una conciencia bien formada es la que escucha, respeta y reflexiona sobre la base de las distintas disciplinas científicas, pero también sobre el sentir de las personas, de las familias, de los grupos, de las culturas, de las sociedades. Una conciencia que va a las raíces de su ser y que se basa en el amor no debe odiar ni crear odio, sino todo lo contrario: preparar el camino y facilitar el crecimiento personal y colectivo desde la autodeterminación, desde la propia conciencia.

Siguiendo el sumakkawsay (buen vivir), la recreación pasaría por la incorporación de la naturaleza al interior de la historia, no como factor productivo ni como fuerza productiva, sino como parte inherente al ser social desde una perspectiva acogedora e inclusiva de la diversidad. Así, este proceso deberá hacernos pasar por una ética del encuentro. Todo encuentro, cada encuentro, especialmente con lo diferente y con quien sufre la discriminación, el odio, la violencia en todas sus formas (física, psicológica, sexual, verbal, etc), nos ayudará a crecer y a vivir no sólo en crecimiento y desarrollo personal, sino también en la consciencia de la alteridad. 

Un camino ético espiritual es el que continuamente discierne el paso o pasos a dar, pero no podemos olvidar que el verdadero camino es el del amor, la acogida bidireccional y el encuentro inclusivo y diverso.


Utopía: Ética y espiritualidad Nº 99: Cuidar la casa común, salvar la vida (8 febrero 2016)

https://www.revistautopia.org/etica-y-espiritualidad/

La equidad, un camino para la igualdad

La construcción de un sueño pasa por el conocimiento del sueño, y esto implica: definirlo, situarlo, analizar su presencia, creer y visualizar que se puede conseguir y hacerlo posible. Este es el proceso de la utopía: hacer posible la realidad de lo soñado e idealizado.

Históricamente algunas personas, colectivos, culturas, países/estados y continentes han sido excluidos de espacios públicos y/o privados, tanto en el nivel local como en el internacional. Así se materializa la idea de que su situación es indigna y no merecedora de derechos individuales y colectivos (sociales, laborales, civiles, educativos, sanitarios, …).
Ante esta exclusión histórica, la mayoría de las sociedades hemos entendido que debíamos establecer mecanismos de reparación del daño creado por esas situaciones de injusticia vividas y sentidas.

Si una sociedad quiere ser justa y democrática, el comportamiento ético debe tender hacia la restauración del daño de forma empática. Si yo no entiendo ni sé qué han sentido y vivido personas, colectivos,…, porque no lo he escuchado ni visto ni leído, no podré empatizar. Y para empatizar necesito ponerme en su piel, escuchar su dolor, percibir sus heridas.

Para crear futuro hay que escuchar, sentir y compartir esas experiencias, así como reparar y compensar con equidad cada historia y caminar hacia la igualdad.

Legislativamente, se están llevando a cabo medidas de acción positiva, es decir medidas equitativas que establecen políticas preferenciales para estas personas, grupos, etc., con el objetivo de mejorar y compensar la discriminación de la que fueron víctimas en el pasado.