23 julio 2020

A nuevos tiempos, nuevos retos feministas






Hace unos días me encontré en Facebook con la siguiente imagen y me llamó la atención porque últimamente estoy leyendo y escuchando hablar sobre la importancia de la agenda feminista, que seguro que lo es. 

Voy a ir haciendo diferentes entradas sobre cada uno de los puntos expresados en la imagen. Pero antes voy a centrarme en la palabra más repetida: "ABOLICIÓN".

El primer punto de la imagen que, a mi modo de ver, es el más importante, a partir del cual se desarrollan todos los demás, utiliza un verbo diferente, que es erradicar, es decir, arrancar de raíz. La erradicación de la violencia machista es algo con lo que todas las feministas podemos estar de acuerdo. Yo diría que en la mayoría de los enunciados podríamos estar todas de acuerdo en general, pero habría que ir a lo concreto. Debemos operativizar cada uno de los apartados para conocer dónde están los conflictos y ver si hay posibilidad de encuentro o no. En una situación de mediación es importante conocer la visión de cada una de las partes implicadas para poder ser conscientes de dónde está el conflicto y si hay posibilidad de encuentro o solución del conflicto. 

Arrancar de raíz la violencia machista es el primer punto de la agenda, desde donde se pueden desarrollar todos los demás que se formulan en la imagen. Pero, los siguientes puntos, inician su enunciado con el término abolición, es decir, dejar sin efecto una norma vigente, precepto o costumbre. 

Si hubiera que poner una fecha de inicio a la situación actual, personalmente, la situaría en 2014. Hubo dos grandes manifestaciones feministas en Madrid que inauguraron una nueva realidad: la presencia multitudinaria de mujeres jóvenes y el miedo a los cambios legislativos. En 2014 hubo un movimiento importante de feministas en el que se pretendía modificar la Ley de Violencia de género, pero no salió adelante. Se decía ya, por aquel entonces, que es mejor no tocar lo que tenemos porque puede ser perjudicial para el feminismo. El miedo a perder derechos ya estaba en 2014, debido a que la derecha podría introducir lo que ya se empezaba a vislumbrar con el entonces ministro Gallardón (aborto, "ideología de género", etc.). 

Hoy podemos analizar si aquella decisión fue la mejor, dejar la Ley como estaba o si hubiera sido mejor intentar modificar aquellos aspectos que empezaban a verse como un problema, pero el tiempo ya pasó y ahora estamos en otro momento. En 2014, y antes ya hablamos del problema de la denominación "violencia de género", se empezaba a dar más fuerza a los términos "violencia contra las mujeres" y "violencia machista". Pero la mayoría decidió no tocar la Ley ni su terminología. Ese momento fue fundamental porque empezamos a ver a muchas jóvenes llenando las calles, que hasta ese momento parecía que no estaban. Todo tiene su tiempo. Muchas pensamos que el feminismo ya tenía continuidad, había esperanza. Y empezamos a ver que el feminismo crecía en número, en sensibilidades, en diversidad, etc. 

La cultura feminista, es decir, el movimiento histórico en pro de la igualdad entre mujeres y hombres con una trayectoria histórica, y con una forma de ver, entender y actuar, se estaba ampliando. Y empezaron a aparecer subculturas, ramas del mismo árbol con las mismas raíces, que se denominaron feminismos.

Estos feminismos, que tenían un tronco común, empezaron a reivindicar la igualdad en las distintas situaciones de vulnerabilidad y discriminación de las mujeres. El feminismo blanco, europeo, payo, cristiano, cisheterosexual y sin diversidad funcional ha sido dominante en la cultura feminista. Por lo que analizar otros feminismos no solo ha sido una necesidad para dar respuestas a otras mujeres de otros contextos y situaciones de marginación por el hecho de ser mujeres, si no también una oportunidad para enriquecer la cultura feminista. 

Algunas personas y colectivos han visto esta situación como una debilidad y una amenaza, y otras como una oportunidad y una fortaleza. Por eso cuando se plantea si ¿todo es feminismo?, a mí se me abren múltiples preguntas: ¿Qué y a quién tenemos como referencia y por qué? ¿Quién construye el feminismo y los feminismos? ¿Todas somos feministas? ¿Debemos llamarnos todas feministas? ¿Quiénes lo son? ¿Quién y cómo se establece la agenda feminista? Y muchas más cuestiones que iré expresando en las próximas entrada en mi blog, público y gratuito, en el que puede entrar quien quiera opinar y aporta con respeto. GRACIAS.



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