15 enero 2009

Ética profesional siempre presente

Ante la observación de una situación de conflicto en un foro de alumnado de Trabajo Social se me ocurrió compartir mi reflexión, que puede valer, en mi opinión, para todas aquellas personas que desempeñamos una acción de tipo contractual o voluntaria en lo social. Rafa la leyó y me invitó a publicarla en EstudiaSocial.net con la posibilidad de añadir o profundizar en algún aspecto. ¡Gracias por la oportunidad!
Estimados, y próximamente, colegas: Cuando alguien (cualquiera) comunica algo ya está expresando. A veces la comunicación se formula desde una acción pensada y reflexiva, y otras por reacción donde la transmisión es totalmente visceral, parte de las entrañas.
En ocasiones (más o menos frecuentes dependiendo de la persona y de su camino de crecimiento personal), cualquier persona puede perder la calma y actuar desde las entrañas debido a la situación personal, relacional, situacional que está viviendo. Pero, en mi opinión, nuestro objetivo como TS debe ser “ir creciendo como personas para ser las/os mejores profesionales”. Así, nuestro desarrollo personal posibilitará o limitará nuestro desarrollo profesional y, por tanto, la capacidad y calidad del acompañamiento de las personas/grupos/comunidades con los que hacemos camino.
Como Trabajadoras/es Sociales nuestro objetivo es también intentar descifrar qué hay más allá de lo que se nos dice explícitamente (una cosa es la queja y otra la necesidad, que puede ser demandada o no), e intentar llegar a entender qué pasa en la persona/grupo/comunidad para que se dé esa situación (para ello se necesita información, datos). En algunas ocasiones nos dejamos llevar por impresiones demasiado rápidas, por estereotipos, por prejuicios o por opiniones de otras personas que son “importantes” para mí; pero todas esas informaciones deben ser contrastadas y pueden variar a lo largo del tiempo...
Para mí el cambio personal es posible (y otro mundo también es posible). Esto es esencial para entender nuestra acción, sino ¿qué sentido tiene todo lo que hacemos? Si la transformación personal y social no fuera posible, nuestra tarea sería la de ser tapagujeros de las “imperfecciones” del sistema; mientras que nuestra labor tiene sentido cuando comprendemos que nuestra participación consiste en posibilitar y apoyar el cambio desde lo más pequeño hasta grandes cuestiones. Pero, teniendo siempre presente que la libertad personal/colectiva/comunitaria es la base de toda construcción y, por tanto, que las personas pueden negarse a realizar todo aquello que el/la profesional, el/la voluntario/a, un grupo de presión o poder considera lo mejor.
Por tanto, considero que no nos toca emitir juicios morales; aunque en nosotros, claro, se producen sentimientos de rabia, indignación, frustración, etc. que tenemos que canalizar positivamente porque sino se enquistan y pueden hacer mucho daño (ante tanta frustración también es necesario vivir situaciones placenteras). Cada persona tendrá que ver cómo y en qué actividad puede canalizar las tensiones, e incluso preguntarnos por qué tal hecho nos produce (me produce) tanta indignación; quizás pueda ser un hecho o una situación que me recuerda algo concreto o inconscientemente provoca en mí sentimientos y emociones que necesito curar, heridas abiertas que necesitan ser atendidas.
En mi opinión, nuestra labor se mueve en la dirección de abrir caminos de expresión y libertad (cada uno/a los suyos, incluso cuando pensemos que nosotros/as no actuaríamos así), caminos por donde cada persona pueda andar, aunque se confunda (las veces que lo necesite). Nos podríamos preguntar ¿dónde está el límite? Personalmente, creo que el límite está cuando no se respetan (cuando no respeto) los Derechos Humanos. Y ¿si una persona/grupo/comunidad se extralimita?
Partiendo de que la/el TS cree en la posibilidad de cambio de las personas/grupos/comunidades, considero que, en la medida de lo posible y respetando el derecho a la autodeterminación, la/el TS debe comunicar las diversas alternativas posibles. Pero, la persona/grupo/comunidad será quien decida la opción a seguir y nosotras/os acompañaremos ese proceso. El respeto y el acompañamiento de cada realidad, aunque no nos guste, es el mejor camino de el/la Trabajador/a Social para llegar a conseguir "la transformación de la realidad" hacia un mundo más humano.
Nuestra ética profesional debe estar siempre presente en nuestras actuaciones profesionales, ello no implica que tengamos que condicionar las respuestas de las personas/grupos/comunidades con las que trabajamos. Cada persona tiene que hacer su propio camino y cada persona necesita su tiempo. A lo largo de este camino puede ser incomprendida, quizás porque tampoco se entiende a sí misma muy bien. Por ello, será crucial que acojamos las distintas realidades y nos dejemos tocar por ellas.
Aprovechemos los momentos y las circunstancias que, a nivel personal, vamos viendo, sintiendo, observando, reflexionando,..., para "practicar" habilidades y adquirir capacidades/competencias como próximos Trabajadoras/es Sociales; y no olvidemos nuestra historia personal y colectiva. Recuperemos nuestra historia, nuestras raíces.
Os envío un saludo cargado de humanidad, y una invitación amistosa a seguir reflexionando - personal y colectivamente - sobre nuestros “porqués” (individuales y grupales), acciones y reacciones, omisiones y silencios, etc.
Y, finalmente, agradezco que me hayáis invitado a participar en esta web y espero que vosotras/os vengáis con fuerza para cuestionar y construir - personal y colectivamente - un mundo más justo, más humano, más social.

Nuria Saavedra Castro - Trabajadora Social

Artículo de Opinión publicado el 12 de mayo de 2007 en Estudiasocial.net

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